6 experiencias no me atreví a poner en el CV

Hace poco un cliente potencial me pidió el CV para valorar mis servicios. Y buscando, buscando, recuperé una versión antigua de éste que nunca me atreví a mandar.

Es un formato de Currículum Vitae que, en vez de centrarse en palabras clave y habilidades estratégicas, relataba los principales aprendizajes personales de cada experiencia formativa y laboral.

Nunca lo mandé. Sin embargo hoy, que vuelvo a encontrármelo, quiero aprovechar la ocasión para (esta vez sí) compartir contigo seis experiencias que quedaron en esta versión y nunca trascendieron. Hasta ahora.

Al crear una empresa desde nuestras pasiones y talentos nos enfrentamos a una pregunta: "¿qué hay más allá de mis títulos y diplomas?" Aquí tienes mi respuesta.

  1. Hice un montón de campanas en primaria y secundaria

Como ya te conté en este post, la curiosidad es una fuerza que tira de mí, y empezó bien temprano.

En el cole estaba en el grupo de teatro, en el de voluntariado, en la orquestra... y siempre que se organizaba alguna especie de show para los alumnos, allí que estaba yo metida.

Y como que los ensayos se hacían en horas de clase, cuando aparecía alguien por el aula diciendo: "¿Puede salir Olga para...?". Yo no cabía de contenta: ¡otra clase que me salto para poder hacer algo guay!

2. La mayor lección del bachillerato me la dio el bedel

07:35 am: Salgo del tren cargada con el violonchelo, la bolsa de gimnasia, la mochila y los cacharros de pintura. Corro por la calle para dejar el instrumento en el edificio principal del instituto pensando en el sprint que haré cruzando el centro de la ciudad para llegar a la clase de las 8:00. Impaciente, miro al bedel que tranquilamente riega las plantas antes de dejarme entrar.

"Primero el 1, después el 2", me dice sin apenas mirarme mientras termina. Cada jueves, puntualmente. Así durante todo el curso. ¿Qué aprendí? Que las cosas ocurren en su momento natural: mientras tanto, respira.

3. Vende observando el cliente, no el servicio

Mi primer trabajo fue de cajera en una tienda de vinos, a los 16. El trabajo de base era bien sencillo: pasar los artículos por el lector y cobrar. Lo que no esperaba era aprender tantísimo sobre ventas; al fin y al cabo, ¿cómo se las apaña una menor para vender un producto que no tiene edad legal para consumir?

Observé a compradores, imité a mis compañeras y desarrollé mi propia manera de entender y hablar con los clientes indecisos que necesitaban un empujón amable hacia la toma de decisión.

Por cierto, para las barbacoas, Cariñena.

4. No estudié para ser profe

¡Cuántas veces habré dicho esa frase mientras estudiaba Historia del Arte! Supongo que, al contrario que otras, no es una carrera con salidas profesionales evidentes (pocas de Filosofía y Letras las tienen). Pero gracias a esas conversaciones reflexioné largo y tendido sobre qué posibilidades laborales tenía al margen de mi licenciatura.

Para mí la docencia es la vocación por contagiar el conocimiento; y no sentía eso hacia la Historia del Arte (o los adolescentes). Sin duda, algo verían en mí esas personas si ahora me encuentro transmitiendo todo lo que sé sobre organización. Gracias a tod@s.

5. Me siento útil siendo estructura

Al terminar la carrera empezó la búsqueda de mi lugar en el mundo laboral. Saltando entre mundo de la cultura, el turismo y la educación, me di cuenta de que allí donde me sentía realmente útil era procurando una estructura de trabajo que nos sirviera de base para currar con la calma.

Hete aquí que me encontré siendo "Olga, la de los excels". Allí donde mis compañeras veían caos, me llamaban para preguntarme cómo podía ordenarlo, encontrar una manera de trabajar más tranquilas.

6. Me gusta mucho trabajar poco

Dime tú a ver quién va a contratar a alguien en cuyo CV pone que le gusta trabajar poco. Quizá la elección de palabras es poco afortunada, pero es que creo en ser productiva para salir puntual, creo en poner objetivos realistas y cumplirlos. Creo en la satisfacción del trabajo bien hecho con el mínimo esfuerzo.

Quiero un mundo lleno de vagos que conducen a sus empresas a resultados extraordinarios, que disfrutan de su vida y de su trabajo, que no se frustran y consiguen lo que se proponen.


Espero que estas líneas te hayan ayudado a conocer un poco mejor quién soy y cómo trabajo. Quizá incluso te hayan hecho repensar cómo está tu CV o tu perfil de Linkedin. ¿Qué te atreverías a añadir? ¿Qué no has llegado a poner nunca y te gustaría?

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